martes, 14 de enero de 2014

El violín de la Diablo Burger


Tras el atentado contra nuestros estómagos que supuso enfrentarnos a la salsa 4x de los infernales burritos de Tierra, no se nos ocurrió mejor manera de volver tras el parón navideño que enchufándonos otro tanto pa´l cuerpo: Ribs lanzó el guante y nosotros no dudamos a la hora de recogerlo. Diablo Burger vs Selecto Dúo Tragaldabas. Un combate digno del más mítico Wrestlemania.

Ciudad de la Imagen. Granero de Ribs. La hora señalada. Confirmamos que el reto sigue vigente. Otro estómago de hierro nos acompaña para poner a prueba su virilidad, Sixfi del clan Sixfingers. El camarero nos advierte de que pica hasta el pan. Nos sentamos. Compartimos experiencias y anécdotas como ritual para prepararse para descender a los abrasadores fuegos del Tártaro. Tardan en tomarnos nota (odio cuando gente que ha entrado más tarde que yo es servida antes), pero enseguida piden en la cocina nuestras hamburguesas. Un tipo en otra mesa no es capaz ni de tomarse la mitad, perdiendo toda la virilidad delante de su novia, cuyo nivel de testosterona en sangre debía triplicar al de su chico cuando salieron del restaurante. Esperamos algo incomible. Nos las traen. El plato rezuma pimentón y especias. Todo adornado con unos jalapeños rojos como la bandera de la URSS. Y tras firmar el contrato del combate por el título, suena la campana y comienza el evento principal. Y aquí es donde se presentan los luchadores, los aspirantes al título.

Avanzando con paso firme, lento, con camisa de leñador, el Gran Devorador afrenta la hamburguesa con temple y aplomo. Las patatas duran un suspiro. Un sparring bastante flojillo. Es hora de luchar contra el campeón. Con paciencia y pocas palabras, la hamburguesa desaparece con espantosa velocidad. Un bocado tras otro, el picante es derrotado por la capacidad de engullir de un hombre que ha nacido para esto. Todo esto sin probar su bebida hasta el final. Victoria por K.O técnico. Randy Savage estaría orgulloso de cederle su sobrenombre de “Macho Man”.

Tras el Gran Devorador llega el pequeño fanfarrón, el heel del grupo, el Camorrista. La violencia es su marca personal. Ataca con vehemencia y agresividad la totalidad de su comida. El contenido de la hamburguesa se desparrama por el plato como los sesos de un tipo que ha recibido un botellazo en una gresca tabernaria. Devora con ansia y violencia mientras saquea refrescos ajenos. Frente a la provocación del Gran Devorador, pide pan para rebañar la salsa picante restante. Le falta escupir al público para comenzar una nueva pelea.

Y por último, el Hombre Tranquilo, sin prisas y probándose a sí mismo. Empieza bien, pero pronto cada bocado se hace un mundo. Pero no decae, su ánimo es el de un campeón nato, y lentamente, acaba por doblegar al picante y pone sobre la lona a su contrincante. Cuenta de tres, y tenemos nuevo macho en la ciudad.

Al final, no era tanto como nos creíamos. En un lapsus, el camarero casi nos sirve otras tres hamburguesas en vez de rellenarnos el vaso de bebida de nuevo. Refill, punto importantísimo y más en estos combates a muerte frente al picante. Foto de rigor para el Hall of Fame, y premio de camiseta y hamburguesa gratis para la siguiente visita a Ribs. Como celebración de nuestra gloriosa victoria, pedimos unas ceras de colores y hacemos los pasatiempos del mantel del menú infantil. Tras intentar resolver un laberinto virtualmente imposible (al menos para un becerro sobre un tractor) y encontrar 8 en el juego de las 7 diferencias, nuestra virilidad está tan a flor de piel que empezamos a destrozar los manteles, las ceras y a anunciar nuestra victoria en el ciberespacio. Pagamos y nos vamos. Nos cobran el pan con el que Camorrista rebañó la salsa, malo asunto. Destilamos masculinidad…masculinidad y aliento de fuego.

Conclusión: no dejes tus cosas cerca de un grupo de machos ebrios de virilidad.



Randy Savage tiene otros tres machotes con los que
compartir el título de "Macho King"


Prospectiva: El reto fue un gran reclamo, y si consigues acabarte la hamburguesa (concluimos que equivale a un 3,5x en el Terra, no es para tanto) los 11.95 que vale se convierten en la mitad puesto que te invitan a otra hamburguesa cuando vuelvas (confirmaremos si esto se cumple al 100% o ponen alguna pega). Eso sí, has de volver en dos semanas o caduca la oferta.

El principal problema de la hamburguesa es que no está rica. Un plato picante puede saber bien, pero esta no. Una salsa extraña y picante, puesta en cantidades industriales intentando hacer que sea incomible, sólo consigue saturar la hamburguesa de sabor avinagrado.

Efectos del sabor y picante de la Diablo

En definitiva, reto gracioso, testosterona descargada, pero mala hamburguesa. Esperemos que la gratis lo compense.

Como siempre, el Refill dio lugar a la Party. No Refill? No Party. Pero ni el Refill pudo compensar el lento servicio. Se acepta que a determinadas horas el servicio vaya más lento, vale, pero no que sirvan a mesas que se llenaron más tarde antes de que te tomen nota a ti. Inaceptable. Los encargados muy amables, eso sí, agradables y simpáticos ante nuestra absurda exhibición de fuerza, pero de nuevo lo hunden todo cuando te cobran 0.90 por un mendruguito de pan. La propina hubiese superado ese valor con creces. Pero ellos la perdieron.
Ribs en definitiva es un lugar acogedor, pero a determinadas horas es un caos que te tomen nota, por lo que no es mal sitio para llevar a la pareja si se tiene paciencia y sentido del humor. Eso sí, si se quiere disfrutar, no hay que pedir la Diablo.



Patatas

2 comentarios:

  1. Mi experiencia con el Ribs me hace recomendar que huyáis de ahí como alma que lleva, nunca mejor dicho, el diablo.

    Esperemos que las hamburguesas gratuitas compensen.

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  2. Camorrista informa:
    La vuelta al Ribs fue curiosa. Ayer cenamos allí Sixfi del clan Sixfinguers otros 3 amigos y yo y optamos por dividirnos: 2 de nuestras hamburguesas gratis, un 2x1 en hamburguesas y un 2x1 en entrantes (uno sólo comió de entrantes). Pues lo que debería de haber sido un 5x2 fue un 7 euros por persona. 7€ por persona?!*:;?=¿ una hamburguesa mediana (big) y un entrante a dividir entre cinco, mas una bebida por persona = 35€. Sin contar los 45 minutos de espera sólo para recibir una mesa, los 20´ para ser atendidos y un largo etcétera. Al menos el ver nuestras caras en el Wall of Fame nos hizo sonreir.
    Rompiendo una lanza a su favor, las hamburguesas estaban bastante bien. No faltaron ingredientes, ni tuvieron reparos a la hora de aplicar nuestras ofertas, lo cual es de agradecer ya que siempre surge alguna dificultad a la hora de aplicar las ofertas que uno tiene, por irónico que esto sea. El servicio, aunque lento, amable, que es otro punto a su favor.
    En definitiva, comida rica pero carísima y servicio bueno pero lentísimo hacen de Ribs un buen sitio si se tiene pasta y paciencia, pero lamentablemente no son dos cualidades españolas actuales. Nos veremos en mejores momentos Ribs, fue un placer conocerte.

    - "os lo dije", Pistaxo21 (clipping and popping -> todo y más sobre videojuegos) al salir de Ribs ayer

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