Tras el atentado contra
nuestros estómagos que supuso enfrentarnos a la salsa 4x de los infernales
burritos de Tierra, no se nos ocurrió mejor manera de volver tras el parón
navideño que enchufándonos otro tanto pa´l cuerpo: Ribs lanzó el guante y
nosotros no dudamos a la hora de recogerlo. Diablo Burger vs Selecto Dúo
Tragaldabas. Un combate digno del más mítico Wrestlemania.
Ciudad de la Imagen.
Granero de Ribs. La hora señalada. Confirmamos que el reto sigue vigente. Otro
estómago de hierro nos acompaña para poner a prueba su virilidad, Sixfi del
clan Sixfingers. El camarero nos advierte de que pica hasta el pan. Nos
sentamos. Compartimos experiencias y anécdotas como ritual para prepararse para
descender a los abrasadores fuegos del Tártaro. Tardan en tomarnos nota (odio
cuando gente que ha entrado más tarde que yo es servida antes), pero enseguida
piden en la cocina nuestras hamburguesas. Un tipo en otra mesa no es capaz ni
de tomarse la mitad, perdiendo toda la virilidad delante de su novia, cuyo
nivel de testosterona en sangre debía triplicar al de su chico cuando salieron
del restaurante. Esperamos algo incomible. Nos las traen. El plato rezuma
pimentón y especias. Todo adornado con unos jalapeños rojos como la bandera de
la URSS. Y tras firmar el contrato del combate por el título, suena la campana
y comienza el evento principal. Y aquí es donde se presentan los luchadores,
los aspirantes al título.
Avanzando con paso
firme, lento, con camisa de leñador, el Gran Devorador afrenta la hamburguesa
con temple y aplomo. Las patatas duran un suspiro. Un sparring bastante
flojillo. Es hora de luchar contra el campeón. Con paciencia y pocas palabras,
la hamburguesa desaparece con espantosa velocidad. Un bocado tras otro, el picante
es derrotado por la capacidad de engullir de un hombre que ha nacido para esto.
Todo esto sin probar su bebida hasta el final. Victoria por K.O técnico. Randy
Savage estaría orgulloso de cederle su sobrenombre de “Macho Man”.
Tras el Gran Devorador
llega el pequeño fanfarrón, el heel del grupo, el Camorrista. La violencia es
su marca personal. Ataca con vehemencia y agresividad la totalidad de su
comida. El contenido de la hamburguesa se desparrama por el plato como los
sesos de un tipo que ha recibido un botellazo en una gresca tabernaria. Devora
con ansia y violencia mientras saquea refrescos ajenos. Frente a la provocación
del Gran Devorador, pide pan para rebañar la salsa picante restante. Le falta
escupir al público para comenzar una nueva pelea.
Y por último, el Hombre
Tranquilo, sin prisas y probándose a sí mismo. Empieza bien, pero pronto cada
bocado se hace un mundo. Pero no decae, su ánimo es el de un campeón nato, y
lentamente, acaba por doblegar al picante y pone sobre la lona a su contrincante.
Cuenta de tres, y tenemos nuevo macho en la ciudad.
Al final, no era tanto
como nos creíamos. En un lapsus, el camarero casi nos sirve otras tres
hamburguesas en vez de rellenarnos el vaso de bebida de nuevo. Refill, punto
importantísimo y más en estos combates a muerte frente al picante. Foto de
rigor para el Hall of Fame, y premio de camiseta y hamburguesa gratis para la
siguiente visita a Ribs. Como celebración de nuestra gloriosa victoria, pedimos
unas ceras de colores y hacemos los pasatiempos del mantel del menú infantil.
Tras intentar resolver un laberinto virtualmente imposible (al menos para un
becerro sobre un tractor) y encontrar 8 en el juego de las 7 diferencias,
nuestra virilidad está tan a flor de piel que empezamos a destrozar los
manteles, las ceras y a anunciar nuestra victoria en el ciberespacio. Pagamos y
nos vamos. Nos cobran el pan con el que Camorrista rebañó la salsa, malo
asunto. Destilamos masculinidad…masculinidad y aliento de fuego.
Conclusión: no dejes
tus cosas cerca de un grupo de machos ebrios de virilidad.
Randy Savage tiene otros tres machotes con los que
compartir el título de "Macho King"
Prospectiva: El reto
fue un gran reclamo, y si consigues acabarte la hamburguesa (concluimos que
equivale a un 3,5x en el Terra, no es para tanto) los 11.95 que vale se
convierten en la mitad puesto que te invitan a otra hamburguesa cuando vuelvas
(confirmaremos si esto se cumple al 100% o ponen alguna pega). Eso sí, has de
volver en dos semanas o caduca la oferta.
El principal problema
de la hamburguesa es que no está rica. Un plato picante puede saber bien, pero
esta no. Una salsa extraña y picante, puesta en cantidades industriales
intentando hacer que sea incomible, sólo consigue saturar la hamburguesa de
sabor avinagrado.
Efectos del sabor y picante de la Diablo
En definitiva, reto
gracioso, testosterona descargada, pero mala hamburguesa. Esperemos que la gratis
lo compense.
Como siempre, el Refill
dio lugar a la Party. No Refill? No Party. Pero ni el Refill pudo compensar el
lento servicio. Se acepta que a determinadas horas el servicio vaya más lento,
vale, pero no que sirvan a mesas que se llenaron más tarde antes de que te
tomen nota a ti. Inaceptable. Los encargados muy amables, eso sí, agradables y
simpáticos ante nuestra absurda exhibición de fuerza, pero de nuevo lo hunden
todo cuando te cobran 0.90 por un mendruguito de pan. La propina hubiese
superado ese valor con creces. Pero ellos la perdieron.
Ribs en definitiva es un
lugar acogedor, pero a determinadas horas es un caos que te tomen nota, por lo
que no es mal sitio para llevar a la pareja si se tiene paciencia y sentido del
humor. Eso sí, si se quiere disfrutar, no hay que pedir la Diablo.
Patatas
Mi experiencia con el Ribs me hace recomendar que huyáis de ahí como alma que lleva, nunca mejor dicho, el diablo.
ResponderEliminarEsperemos que las hamburguesas gratuitas compensen.
Camorrista informa:
ResponderEliminarLa vuelta al Ribs fue curiosa. Ayer cenamos allí Sixfi del clan Sixfinguers otros 3 amigos y yo y optamos por dividirnos: 2 de nuestras hamburguesas gratis, un 2x1 en hamburguesas y un 2x1 en entrantes (uno sólo comió de entrantes). Pues lo que debería de haber sido un 5x2 fue un 7 euros por persona. 7€ por persona?!*:;?=¿ una hamburguesa mediana (big) y un entrante a dividir entre cinco, mas una bebida por persona = 35€. Sin contar los 45 minutos de espera sólo para recibir una mesa, los 20´ para ser atendidos y un largo etcétera. Al menos el ver nuestras caras en el Wall of Fame nos hizo sonreir.
Rompiendo una lanza a su favor, las hamburguesas estaban bastante bien. No faltaron ingredientes, ni tuvieron reparos a la hora de aplicar nuestras ofertas, lo cual es de agradecer ya que siempre surge alguna dificultad a la hora de aplicar las ofertas que uno tiene, por irónico que esto sea. El servicio, aunque lento, amable, que es otro punto a su favor.
En definitiva, comida rica pero carísima y servicio bueno pero lentísimo hacen de Ribs un buen sitio si se tiene pasta y paciencia, pero lamentablemente no son dos cualidades españolas actuales. Nos veremos en mejores momentos Ribs, fue un placer conocerte.
- "os lo dije", Pistaxo21 (clipping and popping -> todo y más sobre videojuegos) al salir de Ribs ayer