domingo, 27 de abril de 2014

The Zampabollos Way of Life

¿Recordáis esa escena de la primera temporada de Juego de Tronos en la que Robert Baratheon y Eddard Stark paran a almorzar en el Camino del Rey mientras conversan de antiguas batallitas y de planes para el futuro? Pues así es la jornada que se refleja en esta entrada. Dos amigos que disfrutan de una grata conversación mientras papean.
Nuestra andadura comienza en la zona de Argüelles. Allí hemos devastado los campos de batalla del lejano futuro en nombre de poderes blasfemos y alienígenas predadores. Y esto, como comprenderéis, le abre a uno el apetito. Bajamos calle Princesa abajo a un local de reciente apertura, Taco Away. Lugar pequeño, y un poco oscuro. Servicio rápido y precio normal. La comida bastante rica. Pero escasa, nos quedamos con hambre. Destaca un buen picante para los tacos, fuerte pero con sabor, no un atentado gustativo como la salsa diablo de la Diablo Burger del Ribs. En definitiva, rico pero poco.

Porque todos tenemos en nuestro interior un mariachi
mostachudo amante de los frijoles

Tras ello, nos dirigimos al Dunkin Coffe a comer donuts, que es a lo que va uno al Dunkin Coffe. Pedimos una caja de seis para compartir. Atrás quedaron esos tiempos en los que cada miembro del Dúo pedía una caja de seis para él solo. El contraste no puede ser más absoluto: por una parte, los más chocolatásticos posibles; por otra, los más fosforescentes jamás fabricados por el hombre, cuasi radiactivos. Los devoramos sin piedad, pero disfrutando del sabor industrializado de la bollería americanizada. Acompañamos la ingesta de donuts con planes para futuras batallas de softcombat, disfraces, y juegos de mesa, todo acompañado de una sana crítica de los acontecimientos que nos han acaecido en las últimas fechas. Salimos del donutorio camino de la universidad, pero con unas ganas locas de partirnos el espinazo con espadas de gomaespuma.
Volviendo a la comida, el Tako Away tiene buen precio y comida rica, pero te sabrá a poco. No puede competir con los machotes burritos de Tierra, sólo aptos para estómagos de nivel 30 o superior. No obstante, el queso de los nachos es muy rico y la salsa picante es fuerte y sabrosa a la vez. Y respecto al Dunkin Donuts, (porque seamos serios, nunca entraremos ahí a tomarnos un café, por lo que esta denominación es más correcta), los donuts son tan industriales como el socialismo utópico de Saint-Simon o la cadena de montaje de Ford, pero nos encanta ese sabor artificial y edulcorado. A nuestras arterias no. Pero nos da igual, no seríamos Tragaldabas si pensáramos en nuestra salud al comer. Nuestro lema es: “Engulle o se una nenaza”.


Donuts ilimitados ¿Hace falta decir más?


Prospectiva:
El precio de los tacos hubiese sido ideal si fuesen 5€ y no 7. Por 5€ esperarías quedarte con hambre (salvo que degustes 5 rodeo burguer, que te regalan un bonito paseo en ambulancia hacia el hospital, casi lo logramos dos veces).
El taco en sí no es mala cosecha, más sabroso que el Taco Bell y menos industrial (ey, esto último no es malo, recordemos que lo industrial nos encanta), esta última franquicia por lo menos llena más tu estómago.
Sobre los Donuts, ¿qué decir? Es obvio que una deidad benévola creó el mundo, ya que los Donuts existen. Si eres un amante del chocolate te bañas en él, y si eres una urraca malévola los brillantes tonos te cautivarán.
Una nota: parece que todos saben a lo mismo pero NO!!!! El selecto paladar del grupo diferencia los tonos de chocolate y fluorescencia: coco, frambuesa, fresa, mango, melocotón, vainilla etc. todo cosechado en Mátrix, porque no saben a nada de eso, sino a lo que otro cree que sabrán esas cosas. Algún día compartiremos con vosotros nuestra reflexión sobre caramelo sabor manzana y pepita de manzana, muy relacionada con el asunto.
Puede que no sean los sitios ideales para la pareja, pero sí para discutir sobre Schopenhauer con los amigos tras una épica batalla.


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