“Me he pasado…”
Esa frase podría
definir perfectamente la andadura del Dúo en el restaurante de burritos y
comida mexicana Tierra, en la calle Guzmán el Bueno 56. Un lugar descubierto
por casualidad durante una completa jornada de wargames. Un lugar al que
posiblemente nunca se nos habría ocurrido ir. Es más, posiblemente nunca nos
habríamos fijado que en ese local ponían burritos. Y que burritos.
Cuando la mitad del Dúo
lo descubrió, no veía el momento de volver para hacer la crítica que el lugar
se merece…que puñetas, para volver a ponerse como un barril a base de comida
enrollada. Si a la cantidad de comida sumamos el reto del picante, talón de
Aquiles de cualquier hombre machote, la visita estaba más que obligada.
Esta es la primera
crítica de un local que no pertenece a una gran cadena de franquicias
multinacional, por lo que supone un nuevo enfoque. Y no queremos dar la
impresión de que cuidamos al pequeño comerciante frente a la omnipotente cadena
de “fast food”. Pero es que no podemos hablar mal de este local. Un trato
amable, junto con unos ingredientes frescos de calidad y un precio asequible lo
convierten en un lugar de parada obligada en la agenda de cualquier zampabollos
que disfrute de la comida y del picante.
El Hombre-Machote te desafía a probar
la salsa ultrapicante
El servicio destaca por
su rapidez, básicamente ves como preparan tu comida con los ingredientes que tú
eliges y la recibes en el momento. A esto hay que sumarle el refill, un acierto
que siempre destacamos, pero más aún en un negocio de estas características. En
este punto también hay que felicitar al comercial de Pepsi, ya que está
realizando una labor encomiable que ha relegado a Coca-Cola a un segundo plano
en el refrigerio de restaurantes de comida rápida (Pepsi, amo y señor del
refill). El burrito entero con todos los extras, un auténtico obús de pequeño
calibre con capacidad de saciar los estómagos más inmensos, junto con el
refresco infinito sale por unos 12 euros, lo que no está nada mal. Esto
significa que sin extras cuesta poco más de 7, lo que permite a cualquier
bolsillo disfrutar de un burrito como Pancho Villa manda.
Y entramos en el tema
del picante. Cuatro grados para elegir. Un tipo que quiere demostrar su
virilidad. Una camarera flipando. Dos botecitos de salsa picante de 4º grado.
Una frase: “Hazme llorar”. El desafío está servido. Tres tacos regados con
fuego del infierno. Primer bocado, y se da cuenta del error. Ha comenzado una
guerra que no puede ganar. Se ha metido con una potencia muy superior a su
capacidad bélica. La impotencia e incredulidad afloran en la cara del macho
derrotado. Se refugia en el refill, pero no puede esconderse del ardor. Se
anuncia su derrota. La camarera le advierte de que se lo dijo unas cuatro
veces, y que además fue a por más. Las entrañas arden. No se sabe si saldrá en
forma de ácido corrosivo o como una brutal llamara. El tiempo calma poco a poco
el fuego que consume las tripas del Dúo. Pero si la entrada fue dura, cómo será
la salida…
Los jalapeños con que sospechamos está
elaborada la salsa picante de 4º grado
En conclusión, un lugar
muy recomendable, buena comida, con ingredientes frescos que eliminan cualquier
duda sobre la artificialidad de los burritos (chúpate esa, Taco Bell), personal
muy amable (y atractivo, por qué no decirlo), buena relación
calidad-cantidad-precio. Si quieres probar algo distinto, es tu sitio. Eso sí,
los burritos per se son para muy machos, por lo que si no te consideras un
machote alfa, no pases del picante de 2º grado.
Este será tu aliento tras salir de Tierra...procura
no apuntar hacia tus seres queridos cuando eructes
Prospectiva:
El sabor industrial
muchas veces apetece, pero puesto que gran parte de nuestra sociedad adora lo
natural, este es el sitio ideal para esa gran parte, frente a otras franquicias
taqueras como Taco Bell, Fridays o Hollywood.
El precio es el
estándar para estos sitios, y oscila entre 7 y 12 euros, así que si pasas por
Guzmán el Bueno y no quieres intoxicarte con una Claus, puedes gastarte tus
8.95 en 3 tacos bien cargados, un refill ilimitado y 1.95 para chicles.
¿Qué decir sobre el
picante? Simplemente brutal. Jalapeños como el Señor manda y 4 salsas, además
de guacamole natural, que van desde el insípido tomate hasta el infierno
estomacal.